La subida de la vivienda se está enfriando porque el alza de precios y la racionalización del crédito han dificultado la accesibilidad por parte de los compradores. También el precio del alquiler se ha frenado porque el rápido aumento de los últimos años ha chocado con el límite de la renta familiar.
El Banco de España actualizó esta semana la previsión de las macromagnitudes principales de la economía española. La desaceleración se deja notar en todas partes pero la inversión en vivienda está particularmente afectada. La diferencia entre la previsión actual y la realizada en junio es la mayor de todos los componentes del PIB: una caída de 2,3 puntos porcentuales. Esto hace que la desaceleración ya prevista, que pasaba de un crecimiento del 6,6% en 2018 a una previsión de 4,6%, se haya desplomado en tan solo tres meses a la mitad. Es cierto que parte de esta caída se debe a la revisión realizada por el INE para el PIB y sus componentes pero una parte sustancial es cambio de la previsión independiente de la actualización.
Cae la compraventa
La gran mayoría de los indicadores de actividad están en rojo o con sustanciales caídas de las tasas de crecimiento respecto al último año. Quizás el dato más sintomático de la creciente atonía del sector es la caída de las compraventas: la compra de viviendas hasta julio de 2019 caía un 5,4% frente al mismo periodo del año anterior usando los datos desestacionalizados de los notarios, o un 7% respecto al segundo trimestre de 2018 según datos publicados ayer por Fomento.
Desde mediados de 2018 se observa una reducción de la rentabilidad del alquiler en las ciudades que lideraron la recuperación. En el caso de Barcelona el rápido aumento de los alquileres ha chocado con el límite de la renta familiar produciendo el estancamiento del precio del alquiler. Este proceso, junto con el aumento del precio de la vivienda, ha reducido sustancialmente la rentabilidad y los inversores. Los datos de Tecnocasa muestran que mientras en 2016 el 39,3% de los compradores de vivienda en Barcelona eran inversores, en 2018 esa proporción ha caído al 23,8%. Y finalmente la menor demanda de compra de vivienda ha reducido el precio de la vivienda en Barcelona un 1% en el tercer trimestre de 2019 frente al mismo trimestre de 2018 según Tinsa. Un hecho insólito desde 2013.
Expansión.- Cambio de ciclo inmobiliario / 28-9-2019