El teletrabajo parecía una utopía para muchos empleados antes de la crisis del coronavirus. Sin embargo, después de un año y medio de pandemia hay muchas empresas que siguen funcionando gracias a esta modalidad, lo que ha creado una oportunidad tentadora para muchos trabajadores urbanos: mudarse a un lugar más pequeño, tranquilo y, además, más barato.
Antes del confinamiento, uno de los principales factores que se tenían en cuenta a la hora de elegir una vivienda era su cercanía al puesto de trabajo para evitar largos desplazamientos. Ahora, en cambio, la prioridad es que disponga de balcón, terraza, luz y espacios abiertos.
Para el director de análisis del Grupo Tecnocasa, Lázaro Cubero, este éxodo de las grandes ciudades a las pequeñas tiene dos explicaciones relacionadas con dos perfiles diferentes. Por un lado, el de una familia con un presupuesto elevado que después del confinamiento busca una alternativa de vida diferente, más relajada y espaciosa. Por otro, personas que se desplazaron a las grandes urbes por motivos laborales y han decidido volver a sus ciudades de origen. En cualquier caso, ambos tienen como elemento común la posibilidad de mudarse gracias al teletrabajo. ‘El primer caso representa la salida hacia una vivienda más despejada, con terraza, con más vistas o más metros. En el segundo caso lo que se busca es más la cercanía de la familia y pagar menos, sobre todo una vivienda más económica’, recalca.
De hecho, los datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana determinan que, a pesar de que las ventas de vivienda ha crecido un 19% en 2021, en Madrid ese aumento es solo del 8% y en Barcelona, del 12%. ‘En las dos ciudades principales se está vendiendo menos, son cifras inferiores a la media nacional, y eso significa que hay ciudades donde está creciendo más’, indica Cubero.
Cinco Días.- El éxodo de los teletrabajadores del centro a la periferia / 28 de agosto de 2021