Los precios de arrendamiento subieron el año pasado a ritmos que nos recuerdan el incremento que registraba la vivienda en los años del ‘boom’. Numerosos factores influyen en esta evolución: desde el incremento de la demanda por necesidad o por cambio de mentalidad hasta las nuevas modalidades de alquiler más caro y rentable por el que apuestan algunos propietarios.
En los descansillos de casi cualquier comunidad de vecinos del centro de Madrid esperando al ascensor, subiendo o bajando las escaleras, en el portal, cada vez es más frecuente toparse con extraños que están de paso, que sólo pasan dos o tres noches, a lo sumo una semana. ‘¿Pero ahí no había entrado a vivir esa pareja joven tan simpática después de que se fueran los anteriores inquilinos?’, se pregunta un vecino cuando ve que de esa puerta salen ahora dos señoras mayores que saludan con un ‘buenos días’ con acento no sabe bien si alemán o ruso y con aspecto de salir a patear la ciudad sin parar hasta la noche.
Antes, ya había reparado en que a los balcones de enfrente siempre salían a tender la ropa o a fumar personas distintas. Y que gente conocida de otras partes de España que viene a la capital por temas de trabajo un par de días y se hospeda ya no le pregunta por hoteles u hostales, sino que busca por internet un apartamento, que no es necesariamente mucho más barato, pero sí es más cómodo, porque es más como una casa. Sí, sabía del alquiler de corta estancia, del de vacaciones, de Airbnb, de Only-Apartments, de HomeAway, de Rentalia… pero hasta que no abrió la página web de la primera de estas plataformas y no comprobó cómo los cartelitos van saltando como setas en casi todas las calles de su barrio y de los aledaños no se dio cuenta de la dimensión del fenómeno, que puede ser incluso más importante en otras ciudades, como Barcelona, por no hablar de las de los dos archipiélagos o las de las costas, sobre todo las del Mediterráneo.
Sin duda, el alquiler de corta estancia se está haciendo un hueco cada vez más grande en el mercado del alquiler español y, sin duda, tiene que tener una influencia importante en la evolución tanto de los precios en venta como de alquiler.
Según Tecnocasa, el encarecimiento se situó en el 6,7%.
Inversión y Finanzas.- La revolución del alquiler – 20/1/17